12 noviembre, 2009

Ideología y personalidad




Dalí en la década de los 60, luciendo el ostentoso mostacho que le caracterizaba.
Las ideas políticas de Salvador Dalí desempeñaron un papel muy relevante en sus inicios artísticos. Posteriormente se le acusó de apoyar ideológicamente el
franquismo.[39] [76] André Breton, el "papa" del surrealismo, se distinguió por sus esfuerzos para separar el nombre de Dalí del grupo surrealista. Sin embargo, ese enfrentamiento obedecía a motivos más complejos. De cualquier modo, Dalí nunca fue antisemita como se desprende de su amistosa relación con el afamado arquitecto y diseñador Paul László, que era judío. Manifestó una profunda admiración hacia Freud -a quien conoció personalmente- y hacia Albert Einstein, a juzgar de sus escritos. Sobre la personalidad de Dalí, George Orwell dijo en un ensayo que
"Uno debería ser capaz de conservar en la cabeza simultáneamente las ideas de que Dalí era al mismo tiempo un excelente dibujante y un irritante ser humano. La una no invalida, o efectivamente, no afecta a la otra".
[77]
En su juventud el artista estuvo relacionado con el anarquismo y el comunismo. En sus escritos de suelen encontrar afirmaciones políticas -probablemente, más dirigidas a impresionar al público por su radicalidad que basadas en una inspiración profunda- que señalan cierta vinculación con el activismo político del dadaísmo. Con el avanzar de los años, sus adhesiones políticas cambiaron, especialmente según el surrealismo se identificó con el liderazgo de André Bretón, de orientación trotskista. En diversas ocasiones, Breton pidió explicaciones a Dalí por sus relaciones políticas. De cualquier modo, ya en 1970 Dalí se declaró[78] como un "anarco-monárquico", dando pie a numerosas especulaciones sobre esta orientación política (indudablemente minoritaria).
Con el inicio de la
Guerra civil española, Dalí rehuyó el enfrentamiento y rechazó manifestar su adhesión a ninguno de los bandos. Del mismo modo, tras la Segunda Guerra Mundial, Dalí fue criticado por George Orwell, quien le acusó de "escabullirse como una rata en cuanto Francia estuvo en peligro", después de haber vivido y prosperado allí durante años:
Cuando la guerra europea se acerca, él sólo se preocupa de una cosa: encontrar un lugar donde se coma bien y de donde pueda escapar rápidamente en caso de que se acercase el peligro".
[79]
Tras su retorno a Cataluña tras la guerra, Dalí se aproximó al régimen franquista. Algunas de las declaraciones de Dalí sirvieron como respaldo a la dictadura; así felicitó a Franco por sus acciones dirigidas a "limpiar España de fuerzas destructivas".[80] Dalí, que se había convertido al catolicismo y se fue volviendo una persona más religiosa con el paso de los años, podía referirse a los grupos comunistas, socialistas, y anarquistas que durante la época de guerra civil habían ejecutado a más de 7000 monjas y sacerdotes.[81] [82] Dalí envió incluso algunos telegramas a Franco, elogiando la pena de muerte con que el dictador había condenado a algunos criminales de guerra,[39] Dalí incluso conoció a Franco personalmente[83] y pintó un retrato de la nieta de Franco. Es difícil determinar si sus gestos hacia el franquismo fueron sinceros o caprichosos, ya que los simultaneaba con manifestaciones decididamente surrealistas, como felicitar al líder comunista rumano Nicolae Ceauşescu por incluir un cetro entre sus atributos. El diario rumano Scînteia se hizo eco de esta noticia, sin percatarse de su índole burlona. De cualquier modo, uno de los temas en los que Dalí mostró una indudable desafección al régimen fue el polémico asesinato del poeta Federico García Lorca por milicias nacionales, que denunció incluso en los años en los que la obra del poeta estaba oficialmente prohibida.[20]
Dalí, con su llamativa presencia y su omnipresente capa, ostentando un bastón y una expresión solemne enmarcada por su vistoso mostacho, se forjó una imagen de megalómano con declaraciones como "cada mañana, al levantarme, experimento un supremo placer: ser Salvador Dalí".[84] La artista Cher y su marido Sonny Bono acudieron en su juventud a una fiesta organizada en la lujosa residencia de Dalí en Nueva York en el Hotel Plaza, donde sufrieron un leve sobresalto cuando Cher se sentó inadvertidamente sobre una silla con un singular vibrador discretamente incorporado. Una curiosa costumbre de Dalí era quedarse con todos los bolígrafos con los que firmaba sus autógrafos. Entrevistado por Mike Wallace para el programa "60 minutes", el artista no dejó de referirse a sí mismo en tercera persona, llegando a declarar que "Dalí es inmortal y no morirá". En otra de sus apariciones televisivas en el "Tonight Show", el artista apareció cargando con un rinoceronte de cuero, y rehusó tomar asiento en ningún otro lugar.

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